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Diferenciadas por la forma en que se aplica el calor, algunos ejemplos de máquinas de sellado térmico son las selladoras por impulso, que utilizan ráfagas cortas de calor, y las selladoras de banda continua, que aplican calor sin interrupción. Como su nombre lo indica, las selladoras térmicas aplican calor para fundir el material y crear un sello. Sus elementos de calefacción, que están hechos de aleaciones resistentes, se controlan para alcanzar la temperatura precisa necesaria para el material. Las películas plásticas, bolsas y laminados pueden sellarse todos utilizando estas máquinas. Son ventajosas ya que proporcionan una operación de alta velocidad y uniformidad en el sello, independientemente del grosor del material. En los sectores alimenticio y farmacéutico, así como en electrónica, el embalaje hermético y a prueba de fugas es una necesidad, lo que hace que las selladoras térmicas sean un requisito en dichas industrias.